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sábado, 9 de febrero de 2008
En un nuevo episodio de nuestra cruzada de investigaciones paranormales, æclipse se enfrenta a las colegialas endemoniadas.
Prólogo
Prólogo | I. El caso | II. Los testimonios | III. El careo | IV. El veredicto | Epílogo

ntes de empezar con un nuevo volumen de este diario, me complace anunciar que, de acuerdo a los informes que me llegan desde Montevideo, los conspiradores mosquitoides la están pasando peor de los que yo creía: Los invasores están tan desesperados por silenciar el escándalo en torno a nuestra denuncia que ya no saben qué inventar para distraer la atención del público.

En efecto, me dicen mis informantes que todos los periódicos capitalinos están haciendo un alboroto descomunal sobre no se qué oftalmólogos que no quieren trabajar con los cubanos porque son negros y destiñen o alguna burrada por el estilo ...

La Sociedad Uruguaya de Oftalmología (SUO) aseguró que la mayoría de los oftalmólogos que integran el gremio no concurrirían al moderno centro si hay médicos extranjeros. El presidente de la SUO, Miguel Zylberglajt, informó a El País que, según lo acordado en la asamblea de la gremial, la mayoría de los 22 oftalmólogos que se presentaron al llamado para cubrir vacantes en el "hospital de ojos no estarían dispuestos a concurrir al centro oftalmológico luego que el MSP los convoque a firmar el contrato si hay médicos cubanos.

Los Perros Oculares detectan una irregularidad en todo este asunto de los oftalmólogos. Y no van enseñarles a ellos sobre cuestiones de ojos.
(Click para ampliar)

Sah, buen intento.

En primer lugar, es bien sabido que en Uruguay habrá dos oftalmólogos, con suerte; así que "sociedad" las pindongas. En todo caso, una "sociedad" de dos se llama "dúo". En segundo lugar, muchachos, aunque sea pónganle un poco de ganas para inventar los nombres, ¿no? O sea, ¿"Miguel Zylberglajt"? ¿Qué es eso? Vamo' arriba... ¿Qué sigue? ¿"Gran descontento en el gobierno uruguayo causan las declaraciones del asambleísta entrerriano Waldemar Asdafsfdasdfasj"? Por favor.

Pero bueno, a lo nuestro.

Como supongo que ya se habrán enterado a esta altura, decidí reclutar a nuestra especialista en investigaciones y misterios Zuricata para que me acompañase en esta cruzada. Lo cierto es que algunos de los destinos del viaje eran un garrón intragable y era de orden conseguirse un "chepibe" que se encargara de los mismos. Mientras ella iba y venía por el cuartel juntando sus petates, yo eché una veloz ojeada a los casos que teníamos por delante, llamando mi atención particularmente uno que hablaba no se qué de unas "colegialas endemoniadas bla bla bla en Estados Unidos bla bla bla". Barajé los sobres y se los extendí caballerosamente a mi colega que ya se acercaba, con un aparentemente casual pero cuidadosamente estudiado gesto que aquellos que convidan con el sánguche pero poniendo un oportuno dedo para marcar el límite del área de convidación conocen muy bien.

Así, sin que ella siquiera sospechara el engaño del que estaba siendo víctima, eligió el único sobre que podía sacar del mazo, con lo cual prácticamente la mandé al departamento de Florida, donde lo más interesante que puede encontrar es una minita que prende fuego todo, y yo me quedé con las colegialas de Estados Unidos. Para cuando la pobre se entere del bagarto que se comió, yo ya voy a estar al otro lado del Ecuador, en las tierras donde pasan cosas interesantes.

Algunas horas más tarde, acurrucado en la cajuela de una camioneta e intentando pasar lo más desapercibido posible por temor a que requiriesen mi alineación con una de las facciones en el conflicto que se estaba gestando entre los chanchos y las ovejas con los que compartía transporte, me preguntaba en qué momento esta petisa de mierda había aprovechado mi distracción para quedarse con la plata de los viáticos. Yo estaba seguro de haber vaciado la caja chica antes de que ella llegara y de haberme guardado la guita, ¿cómo hizo para sacármela del bolsillo? ¿Y cuándo fue?

Como fuera, maldiciendo su memoria en aquéllos momentos en los que seguramente ella iría durmiendo cómodamente en un autobús interdepartamental cinco estrellas, y tratando de consolarme pensando que ella iba a ir a un pueblucho uruguayo de mala muerte mientras yo me iba a El Gran País del Norte, a La Tierra de la Oportunidad, decidí concentrarme en mi misión. Abrí el sobre, ahora sí dispuesto a leer su contenido con detenimiento. Tal como lo anticipara, el nombre del caso era "600 Colegialas poseídas por el demonio". Si la sonrisa que se me dibujó en el rostro hubiese sido un poco más amplia, se me caía la mandíbula al suelo. "Colegialas + Posesión Demoníaca", pensé para mis adentros, "¿Qué puede salir mal?" Sólo entonces noté un fatídico detalle: "...en la localidad de Chalco, Estados Unidos de México".

"¿¡¡MEXICO!!? ¡¡Pero me cago en la chingada madre que me parió!!!", bramé a los cielos para, acto seguido, golpear mi cabeza repetidamente contra una de las paredes del vehículo ante la mirada atónita de los chanchos y las ovejas, que por un instante olvidaron su querella.

El sol rozaba la línea del horizonte cuando desperté de mi desmayo, tirado en un camino de tierra donde supongo que mi chofer me dejó Dios sabría cuánto tiempo atrás.

"Bue, ahora ya estoy acá", pensé desconsolado, "Echemos un ojo, qué remedio..."


I. El caso
Prólogo | I. El caso | II. Los testimonios | III. El careo | IV. El veredicto | Epílogo

ara cuando llegué a la localidad de Chalco ya era de noche. No es que el camionetero me hubiese dejado muy lejos de mi destino, sino que perdí media tarde en una sangrienta lucha con los feroces animales de la región para poder recuperar los apuntes que me habían robado aprovechando el tiempo que estuve inconsciente.

Qué bicho taimado, la gallina mexicana.

Esta imagen es un recurso preventivo en respuesta a todos aquéllos que hayan sentido que fui injusto al identificar a los fanáticos del animé como pedófilos y enfermos. Justifíquenme esto y después hablamos.

En fin, volviendo a los apuntes: El enigma me llevaba a un colegio de monjas llamado "Villa de las Niñas". Visto en perspectiva, el cuadro completo casi parecía un montaje desarrollado a la medida de los sueños enfermizos de algún pedófilo fanático del animé, valga la redundancia.

De pronto me vinieron a la memoria las acusaciones de racismo que nos han estado lloviendo últimamente. Ese era un tema que iba a tener que tratar con Von Katze sin falta no bien volviera a Montevideo. Aparentemente, alguna de esas asociaciones de feministas anarquistas veganas que están en contra de todo y pretenden defender a los parditos semiletrados muertos de hambre del mundo como si alguien se los hubiese pedido o como si a alguien le importara una mierda, para el caso, estaba indignada porque en RANT habríamos publicado una pieza que "caricaturiza a los ciudadanos mexicanos como brutos ignorantes", o algo por el estilo.

Qué se yo. Te digo, el que le permitió a todas esas gordas malcogidas asociarse bajo la bandera de proteger a las minorías indefensas no sé dónde mierda tenía la cabeza.

Pero ya lidiaría con eso en su momento. A pocos pasos de la cantina del colegio, repasé mentalmente lo que sabía del caso ...

México esta convulsionado con el caso de las 600 alumnas del colegio Villa de las Niñas, en Chalco, que dejaron de caminar. [...] Según el periódico mexicano "excelsior" la directora del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia, Versa Richardson, le envió un e-mail -reproducido por el periódico- a la superiora del colegio en el que decía que habían averiguado que las niñas jugaban "ouija" y que seguían haciéndolo. Luego, Richardson añadía que tal vez el juego espiritista había desencadenado la crisis de las alumnas.

"Pará", me dije, e inmediatamente metí la mano en el hermoso bolso que reemplazaba la carpeta con la que había venido, confeccionado a mano con el cuero de esas gallinas antropófagas que se creyeron que iban a poder con æclipse µattaru, el Tarzán de Villa Española, psché --Metí la mano en el bolso, decía, en busca de mis notas. En efecto, el texto rezaba: "bla bla bla la directora del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia, Versa Richardson bla bla bla". No decía qué título universitario adornaba la pared de la oficina de esta mujer, pero en algún otro lado del artículo se la llamaba "la doctora". Sin intención de salirme del tema, y mucho menos de caricaturizar a los ciudadanos mexicanos como brutos ignorantes, creo que va a estar difícil sacarlos de ésta. Si Los Archivos X hubiese sido producida en México, el dúo de protagonistas estaría conformado por un crédulo fantasioso con una imaginación exageradamente superdesarrollada que ante las preguntas más elementales propondría las respuestas más rebuscadas y delirantes posibles, y Mulder.

Me puse de pie frente a la puerta de la cantina y tragué saliva. Al otro lado de la puerta, mi contacto, el conserje del colegio, me aguardaba. Si "la doctora" era una mula inculta que explicaba el caso como una posesión demoníaca, ¿qué podía esperar de un pueblerino simplón?


II. Los testimonios
Prólogo | I. El caso | II. Los testimonios | III. El careo | IV. El veredicto | Epílogo

¡Mesero, un tequilote para mí y otro para mí!", bramó mi contacto golpeando enérgicamente la mesa.

"¿Sirven tequila en la cantina de un colegio de niñas?", pregunté extrañado.

"¡Pos claro, manito! ¡Así es como se hacen los meros hombres de esta patria! ¡El tequila es la base de nuestra alimentación! ¡Tacos y tequila para todos! ¡Así es como nuestras colegialas salen fuertes como un roble, con bigotones espesos y pelo en el pecho!"

"Seh, pude notarlo en el camino", comenté, intentando alejar la visión de las horripilantes colegialas mexicanas de mi memoria. "De acuerdo, me dijo que tenía información..."

"¡Pos así es, mi cuate! Quizás hayas oído que la palabra oficial es que las colegialas han sido poseídas por el demonio..." Escrutando el salón con ojos alertas, bajó la voz: "Pero los Sabios Ancianos del pueblo cuentan otra historia..."

"Ahí vamos", me dije agarrándome la cabeza, "Sólo Dios sabe con qué sanata me van a salir ahora..."

"No es la primera vez que pasa esto", continuó el conserje con un tono cada vez más sombrío, "El caso es idéntico a uno ocurrido hace un tiempo en Sonora."

Y con eso, me extendió un sobre con algunos recortes de periódicos ...

A principios de [Octubre de 2006], 19 alumnos de la secundaria número 52 (ubicada en la comunidad de Yavaros, municipio de Huatabampo) presentaron una extraña enfermedad con síntomas como opresión en el pecho, entumecimiento de piernas, desmayos, desvanecimientos, alucinaciones, dolor de cabeza y, en algunos casos, vómito. Los jóvenes fueron trasladados para su atención al Hospital Infantil del Estado, localizado en Hermosillo. Ahí fueron sometidos a diversas pruebas médicas, luego de las cuales se diagnosticó una enfermedad que no tenía un origen fisiológico, sino sicológico: "trastorno conversivo epidémico". Autoridades de salud en el estado determinaron que el padecimiento fue detonado por el miedo que sintieron los adolescentes afectados luego de jugar con la ouija. Raymundo López Vucovich, secretario de Salud de Sonora, indicó en ese entonces que la mitad de los jóvenes reconoció haber jugado con la tabla, a la que se le considera un medio para contactar espíritus. "Es un diagnóstico que no es fácil de aceptar, pero tenemos el sustento científico de que no es un problema infeccioso o toxicológico; nunca se les dijo que era una intoxicación", indicó el funcionario estatal.

"¡Uy por el amor del hámster tuerto de Jesucristo, qué gente!", comenté, "Así que si no es un problema toxicológico tiene que ser necesariamente una posesión demoníaca... Alguien le robó como 75 tomos a la enciclopedia médica de esta gente..."

"No, manito, no terminas de entender; lo que nosotros sospechamos es que justamente no hay ninguna posesión demoníaca..."

"A ver, a ver, ¿cómo es eso?"

"Quizás deberías hablar directamente con el Consejo de Sabios Ancianos."

A esto le llaman "colegiala" en México. Nótese que la pollerita no es escocesa. EL HORROR!
(Click para ampliar)

Si "el consejo de sabios ancianos" no aceptaba la versión de la posesión demoníaca, ¿con qué fruta me podrían salir entonces? Como fuera, la investigación estaba tomando un rumbo por lo menos inesperado, así que fue con creciente interés que seguí a mi contacto a través de las estrechas callejuelas de Chalco, que se retorcían como una culebra que agoniza tras probar uno de esos ajises endemoniados que comen estos mexicanos dementes, hasta llegar a un sobrio edificio de cemento. Nada más trasponer el umbral pude ver una gigantesca imagen de la Virgen del Bendito Taco Picantón, ante la cual mi guía se arrodilló, luego se acostó de bruces, extendió los brazos en cruz y empezó a contornearse sobre sí mismo como si estuviera recibiendo una descarga eléctrica; luego giró sobre la alfombra hacia su derecha, hacia su izquierda, y por último, todavía yaciendo en el suelo sobre su costado, empezó a patalear desaforadamente, de suerte que su todo cuerpo era impulsado en un movimiento rotatorio que imitaba una aguja de reloj. Pero gorda. Y con bigotones. Finalmente, se puso de pie.

"¿Yo también tengo que hacer ese saludo a la Virgen?", pregunté preocupado, "Porque ya me olvidé de la mitad de los pasos."

"¿Qué saludo?", replicó él con expresión de incredulidad, "No, cuate, es que tengo unos ataques de comezón de la chingada y el doctor me tiene prohibido rascarme, así que sólo me puedo aliviar restregándome contra esta alfombra que tiene esos piquitos." Señaló a la imagen a sus espaldas con un gesto que expresaba cualquier cosa menos respeto y agregó: "Esa imagen de la Virgen está ahí merito pa' tapar las manchas de humedad de la pared. Andale, vamos allí."

Atravesamos un pequeño patio interior y llegamos al salón principal. En él, cuatro hombres y una mujer estaban sentados tras una larga mesa de madera, frente a la cual se dispuso una silla para mí. Debo decir que estos "ancianos" no eran ni la mitad de viejos que me había imaginado. Uno de los hombres tomó la palabra:

"Que hable el honorable Jorge Alvarez, director del Programa de Atención a Víctimas de Desastres Naturales y Humanos de la UNAM."

"¿El qué?", pregunté yo, que hubiese esperado oir cualquier tipo de denominación de carácter místico, pero nunca me vi venir ese título. Pero otro de los hombres ya estaba hablando ...

Luego de que el caso estallara, una semana atrás, se comenzó a hablar de maltrato sicológico y físico cometido por las estrictas monjas, que, entre otras cosas prohibían que las niñas respondieran las cartas de sus padres, los que sólo podían visitarlas una vez al año. Pocos días despues las autoridades sanitarias aventuraron que la extraña enfermedad podría ser un brote de "histeria colectiva".

"Qué voz rara, si se me permite el comentario. Suena casi como un comunicado de prensa", interrumpí, "Pero ¿no había dicho 'la doctora' que la culpa de todo esto la tenía la ouija? Yo no sabía nada de ningún maltrato."

Alvarez continuó ...

Como diagnóstico [la explicación de "la doctora"] es una barbaridad [...] Es tener una salida que puede sonar razonable para la gente que cree en magia [...] Deberían buscarse razones en la disciplina que les imponen, en los valores que les inculcan.

"Suficiente", interrumpió el maestro de ceremonias, y cedió la palabra a la única mujer de la mesa, "Que hable Leandra Alvarez Corona, madre de una alumna de Villa de las Niñas" ...

La otra vez, mi hija se puso mal en el salón de clases; empezó a sentir el pecho oprimido y se mareó, no le hicieron caso y la dejaron ahí esperando a que se le pasara con el pretexto de que lo que tiene es una enfermedad mental.

"Oiga, ¿entonces para qué me llamaron a mí?", pregunté, "Esto suena como un caso típico para alguna agencia de protección a la infancia. ¿Cómo es que UNICEF o alguno de esos no tomó cartas en el asunto, si es tan claro?"

Con una expresión lúgubre, el maestro de ceremonias cedió la palabra al último integrante de la mesa: "Que hable Pascual Archundia--"

Me puse de pie de un salto y extendí el brazo derecho, señalando a Archundia:

"¡¡INSPECTOR DE LA ESCUELA PRIMARIA DE SPRINGFIELD!!", grité.

El maestro de ceremonias me miró con una severa expresión de reproche. Volví a sentarme, rojo como un tomate.

"Perdón, perdón, se me escapó. Ya me callo..."

"Pascual Archundia", retomó, "Visitador de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México" ...

De comprobarse que se violentaron las garantías individuales de las internas en la Villa de las Niñas en el municipio de Chalco, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México estaría impedida de actuar [...] Sabemos que el albergue o el Instituto Villa de las Niñas es iniciativa privada y la Ley en este sentido, la Ley que crea la Comisión de Derechos Humanos, pues es clara en ese sentido no podemos actuar en conflictos entre particulares, existe un impedimento legal.

Bajé la mirada y reflexioné unos instantes.

"Creo que entiendo adónde van con todo esto", murmuré, "Pero necesito hacer una última parada antes de tomar una decisión."


III. El careo
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a directora de Villa de las Niñas tenía un aspecto atemorizante. Debería medir unos dos metros de altura, y estaba envuelta de pies a cabeza en un manto negro con una enorme capucha. Hablaba pausadamente con una voz grave y cascada, gesticulando con sus manos de dedos esqueléticos y larguísimas uñas. Pese a la inquietud que me inspiraba, intenté mantener el temple durante la entrevista ...

"¿Qué tipo de castigos aplican a las niñas?"

Normalmente, cuando no entran a clases o no quieren estudiar, escriben que están arrepentidas y que prometen estudiar. Pero si no estudian o sacan buenas calificaciones, las mandamos a su casa. El peor castigo es volver a su casa. Algunas hermanas aplican el trabajo de limpieza, pero animo a las hermanas a que, cuando eso pase, estén con ellas para que no se sientan abandonadas. A veces se cometen errores. Las hermanas no son perfectas y estamos aprendiendo, pero siempre buscamos la mejor manera para animarlas.

"Se da cuenta de que, como católica, el admitir que 'se cometen errores' equivale prácticamente a firmar una declaración de culpabilidad, ¿no? O sea, sus patrones del Vaticano tienen una marcada tendencia a 'reconocer sus errores' recién cuando el problema los tapa de mierda hasta al cuello, e incluso así se han llegado a tomar más de trescientos años para 'reconocer sus errores' en algunos casos... Pero no entiendo una cosa: ¿Por qué limitar el contacto de las niñas con su padres? "

No es limitar. Pero como vienen de toda la República, las personas que venían eran siempre de esta zona, por eso abrimos un solo día (al año) para la visita.

"No entendí una mierda. ¿Quién le redacta las respuestas? Como sea, los testimonios de las internas indican que pudo haber violaciones a los derechos de las niñas por limitar el contacto con su padres y por el maltrato psicológico que acusan. ¿Lo niega? "

No permitir que vean a sus papás es porque con ese conocimiento sobre el reglamento las dejaron. Si no están de acuerdo pueden decir a sus hijas que no vengan. No recibimos un centavo para que no digan "pagamos". Entran libremente sabiendo este límite. Entonces yo no puedo decir que estoy violando sus derechos.

"No, bueno sería que sea usted la que diga que está violando sus derechos. En cualquier caso, tengo entendido que algunos padres no saben leer y no saben qué firmaron."

Si no saben leer ni firmar, por qué mandan a sus niñas. Esa no es mi responsabilidad. Ellos vienen con sus propios pies a traer a sus hijas.

"¡¡Boo-ya, negritos semiletrados!! Bien metida, hermana. Siempre hay que leer la letra chica antes de firmar, y con más razón si no saben leer. Por otra parte, los padres las acusan de haber mentido respecto del estado de salud de las niñas..."

Tomé la decisión de que podían verlas hasta el 26 de marzo (fecha en que el gobierno del Estado de México descartó que hubiera riesgo de contagio). Hasta ese día no pude abrir la puerta y decir a los padres: "su hija está enferma". No hubo intención de engañar. Hicimos nuestro mejor esfuerzo y ahora lo que necesitamos es ayuda.

Me retiré y dediqué las siguientes horas a caminar por el pueblo, hundido en mis cavilaciones.

Había escuchado todas las campanas, pero aún me sentía inseguro. La última frase de la directora retumbaba en mi memoria: "Ahora lo que necesitamos es ayuda... yuda... yuda... yuda...", y me llevaba a pensar que necesito más recuerdos para decorar un poco mi memoria y de paso deshacerme de ese molesto eco. Pero más importante aún, era casi como si esa ayuda me la estuviese pidiendo a mí. No podía hacer caso somiso de esas palabras.


IV. El veredicto
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a madrugada del día siguiente me sorprendió desvelado, aún reflexionando, sentado ante una PC en un cibertequila [Es el equivalente mexicano a un cibercafé. -N. del E.], rogando por iluminación al Altísimo.

"Señor, ¿qué debo hacer?", pensé mientras clickeaba distraídamente en links al azar de mi santuario virtual de meditación, "Necesito una señal..."

El característico sonido que anuncia la llegada de un nuevo e-mail me sobresaltó.

"¡La señal!", me dije, "¡Qué Dios más moderno que tengo!"

Pero no era ninguna señal, era una invitación que me hacían mis amigos de la iglesia bautista de Westboro, Massachusetts, al funeral del actor Heath Ledger ...

La iglesia bautista de Westboro, considerada por algunos sectores religiosos como secta, culpa a Heath [Ledger] por presuntamente promover la homosexualidad en la película Brokeback Mountain (Secreto en la montaña), en la que compartió créditos con Jake Gyllenhaal. La iglesia difundió un comunicado en su página de Internet donde anuncia los planes de armar una protesta fuera del funeral. [...] Según explican los miembros de los bautistas de Westboro, el libro sagrado tiene varios versículos dedicados a la venganza, el odio y la cólera. Advierten que el odio de Dios es dos veces mayor que su misericordia, amor y compasión. "Los predicadores sensibleros, que sólo hablan las cosas que te hacen sentir bien condenan a este país y a este mundo al infierno. Te dicen lo que quieres oír en lugar de lo que necesitas oír", explican.

Sintiendo esa tibia luminosidad espiritual que sólo las palabras de mis hermanos en Cristo Nuestro Señor pueden transmitir, sonreí... y entonces reparé en los múltiples pop-ups de los sub-dominios de la iglesia bautista que se abrieron junto al mensaje: Dios odia a los maricas... Dios odia a Canadá... Dios odia a América... Dios odia a Suecia --¿Dios odia a Suecia? ¿Y ahora qué pasó? ¿Qué hicieron los suecos? La miooorrrda, cómo está el viejo...

Entonces entendí.

Alcé mis ojos al cielo (bue, al techo, pero haciendo de cuenta que miraba al cielo). Asentí. Quizás aquél correo era una señal después de todo.


(Click para ampliar)

Vázquez y Hudson discutían acerca de la conveniencia de esperar o no hasta que el dictamen de los visitadores de DDHH fuera definitivo cuando entré en la sala. Golpeé la mesa con el puño para llamar la atención de todos:

"He tomado una decisión: Propongo que volvamos a la nave y volemos todo el lugar desde órbita. Es la única forma de estar seguros."

"Pep-- ¿Y las colegialas?", preguntó Hudson, pálido.

"¿Vos viste lo que son esos escrachos? ¿Dónde se ha visto colegialas con bigotes y sombreros de mariachi? Todo este caso no puede ser más que la forma de Dios de decirnos que está furioso con los mexicanos por haber usado el santo nombre de las colegialas en vano, para describir a estos batracios."

(Click para ampliar)

"Un momento", interrumpió Burke, "No puedo autorizar esa acción."

"¿Por qué no?", pregunté mirándolo a los ojos.

"Bueno, es decir-- Sé que este es un momento muy emocional... para todos nosotros... pero no tomemos decisiones precipitadas. Actuemos con cautela. En primer lugar, las instalaciones tienen un valor sustancial en--"

Pero nunca terminó su discurso: Un estampido ensordecedor y el monstruoso agujero que apareció en el medio de su cara se encargaron de interrumpirlo. El cuerpo de Burke cayó como una bolsa de papas revelando a Newt que estaba parada detrás, sosteniendo una escopeta recortada.

"No te aguanto más", dijo la niña soplando el humo que salía del caño del arma, "Andá a hacer Loco por ti andá, gil de miga."

Todos reímos al unísono con esa alegría coreografiada y falluta típica de familia de sit-com gringa.

El cabo Hicks se puso serio y sentenció:

"Volvamos a la nave y volemos todo el lugar desde órbita". Me miró y sonrió: "Es la única forma de estar seguros."


Epílogo
Prólogo | I. El caso | II. Los testimonios | III. El careo | IV. El veredicto | Epílogo

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ientras nos alejamos de estas tierras olvidadas del Señor, a nuestras espaldas el tan fugaz como enceguecedor amanecer artificial de la explosión nuclear que se lleva a Chalco, Sonora, Yavaros, Huatabampo y todos esos lugares con nombres que tienen pinta de haber sido inventados durante una mala borrachera, intento distraer mi mente para no pensar en qué bueno que está Michael Biehn, porque mi estricta crianza católica no me permite engañar a Johnny ni siquiera con el pensamiento, y vuelvo a revisar los sobres de los destinos que aún restan por visitar en esta cruzada.

Así, recién ahora me doy cuenta de que no sólo Juan Lacaze no quedaba en Florida, sino que además me parece que ni siquiera estaba pensando en la Florida correcta. Como resultado, no tengo la menor idea de adónde carajo habré mandado a la pobre Zuricata.

Esto me va a salir carísimo...

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Blogger Malena pidió la palabra el 19 de febrero de 2008, 15:20, y dijo:

No puedo creer que hayas habilitado los comments. Entre vos y yo nos vamos convirtiendo de a poco en una quinceañera trolita, con blog y fotolog incluido. Damos asco.


^^



Me encantó el blog; en serio. Cuando quieras una columna de links me chiflás :)



pc: sacá la verificación de palabras; es lo más cobani para comentar que hay.

Blogger godsize pidió la palabra el 2 de marzo de 2008, 17:00, y dijo:

Male yo pasaste los 15, pero todo lo demás...
No, mentira, creo.


¿Qué pasó con la otra página? O sea, ¿lo explican en algún lado? Porque estuve intentado entrar días y días y días (bueno, quizá no tanto) y no se podía...
No me gustan los blogs más bonitos que el mío. O sea, todos.

Blogger Doble A pidió la palabra el 3 de marzo de 2008, 20:27, y dijo:

El captcha es muy necesario, sino esto se llena de b0ts como una página que yo conocía en la que tomaban mucho café o algo así.
En fín, esto sería una estupenda excusa para re tomar mi blog y sacarlo a pasear en una época de blogs colorinches, pero aun no me he bañado así que no creo que lo haga.

¿Te percataste que ningún comentario hace referencia al chorizo que escribiste?... sap, esto explica muchas cosas que pasaban en la página.



(3)









 

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