omo saben aquellos que me conocen y me quieren tanto sin entender por qué si yo soy tan malo con ellos, desde hace un par de meses no hablo de otra cosa que no sea la película Wall-E, mi opinión acerca de la película Wall-E, el impacto que la película Wall-E tuvo en mi escala de valores, y el desafío que me he impuesto como forma de vida de aquí en más a raíz del cambio de mentalidad que operó en mí la película Wall-E.

El retrato de una humanidad obesa, sobona y con todos sus instintos agarrotados por una especie de hiperconfort es algo que me aterra, porque de hecho creo que la visión de la película Wall-E es excesivamente optimista al plantearlo como algo que nos va a pasar dentro de setecientos años; yo creo que ya está pasando.

Y por eso, el momento de actuar es ahora.

Vamos a hacer un pequeño experimento:
Quiero que pare todo lo que esté haciendo y examine cuidadosamente su silla. Obsérvela con detenimiento.
Si lo que encuentra apoyado sobre ella se parece a la ilustración de la figura 1 (arriba), es imperativo que usted lea esta columna.
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Con esto en mente, decidí que el cambio debía comenzar allí mismo, nada más salir del cinematógrafo. Con paso firme, decidido y atlético, me dirigí a la parada de taxis y, tras un viaje ligeramente más largo de lo que debió haber sido porque se me fueron algunos valiosos minutos en discutir con el taxista que quería dejarme a media cuadra de mi casa porque dice que es re complicado agarrar la rotonda de ahí a la vuelta para salir a Avenida Varela y no se qué historias (no hay caso, no quieren trabajar estos atorrantes), entré en mi morada, saqué a la nena de la PC a patadas y la mandé a comprar unos bizcochos a la panadería, y le grité a C que me preparase una jarra grande de cafetón, que aquélla iba a ser una noche larga.

Con el escenario preparado, me acomodé en mi nueva silla ergonómica de gerente-general-cómo-no-su-señoría-usted-manda, me recliné sobre su acolchadísimo respaldo, apoyé los pies sobre el mini-puff debajo del escritorio y, con una mano sobre el mouse y la otra ora apoyando mi mentón, ora manoteando la taza de café o un bizcocho, me dispuse a minar esa enciclopedia sin fondo que es la internet para documentarme y así elaborar un plan de acción.

Entonces hice un descubrimiento impactante: Hay un tema en el que toda la internet coincide con la concomitancia sublime de un coro griego, y es que todos amamos a Zoe.

Y, en un cercano segundo puesto, el otro tema en el que coinciden todos es que hay sólo dos recetas para combatir la obesidad ...

1) Hacer dieta.

2) Hacer ejercicio.

Sep, así como lo leés. Para adelgazar hay que dejar de comer y arrancar a mover las cachas. No queda otra. Ya sé qué vas a decir: "Eeeh, supergenio, ¿recién descubriste eso lol?"; porque no falla, cada vez que yo hago un descubrimiento salta un listo como vos que resulta que, ¡oh, casualidad!, ya conocía el dato desde antes pero nunca se le ocurrió mencionarlo porque nadie le había preguntado.

Qué cosas, ¿no? Con gente como vos no sé cómo carajo es que algunos periodistas logran ganar un Pulitzer. O cómo es que no ganaste uno vos, si vamos al caso.

Tomáte el palo, fantasma.

Vamos con un ejemplo didáctico, extraído de la vida misma: ColegiaLazyaSS92 se pasó toda la vida sin levantar una pata, tirada en su sillón verde manzana radiactiva...
...y de todas formas está más buena que un Lunes feriado --No, ese fue un mal ejemplo, dame un segundín...
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Desde luego, a mí esta revelación me condena: En primer lugar, todavía no han plantado el árbol del que van a sacar el látex con que estará hecho el condón que se va a pinchar para que quede embarazada la que será tatarabuela del guapo que me separe a mí de mis alfajores de chocolate. En segundo lugar, si hay algo que no van a encontrar en mil kilómetros a la redonda de mi cadáver, es una mancuerna. A menos que mi asesino me haya revoleado una por la cabeza.

Así que nada: Lo que es yo, ni dieta ni ejercicio. Estoy perdido.

Pero para el resto de la humanidad quizás no sea demasiado tarde. Así que, como siempre, esto lo voy a hacer por vos.

Entonces, ya con un plan perfilándose, un e-mail me sorprendió en plena investigación de mi otro proyecto científico, uno con el cual pretendo A) demostrar que si se hace el camino correcto, con paciencia, pulso firme y mucho cuidado, metiendo un dedo por la nariz se puede llegar a tocar el propio cerebro, y B) documentar en vivo y en directo qué se siente al recibir un ponchazo de un dedo directamente sobre la materia gris.

Pero otro día hablaremos de eso. Vamos a lo nuestro: Me saqué el dedo de la nariz con la velocidad de un rayo hipotético que tuviese dedos y una nariz obstruída por un molesto moco, y comprobé que el mensaje era un boletín informativo llegado desde el otro lado del Atlántico ...

Las clases de Educación Física en los colegios están lejos de las recomendaciones de cinco horas semanales y, en el tiempo libre, requiere el esfuerzo de llevar y traer a los pequeños, hasta nadar con ellos o montar en bicicleta. Así, un 20% de los escolares no hace nada de ejercicio al salir de clase, son sedentarios, y de forma más acusada las niñas, según la Encuesta Nacional de Salud 2006-2007. Entre semana más del 90% ve la televisión, la mayoría entre una y tres horas, pero hay otro 18% que pasa ante la pantalla más de tres horas diarias, porcentaje que se dobla el fin de semana. Seis de cada diez añaden un "ratito" de hasta una hora más con la consola o el ordenador. Y esa inactividad propicia el "picoteo" de alimentos energéticos. Una comparativa de las dos encuestas de Salud refleja que ha aumentado el consumo diario de embutidos y dulces y bajó el de fruta y pescado. De hecho un 45% de los menores declara comer dulces todos los días, el 15% refrescos con azúcar, y un 36% no toma fruta a diario. [...] Un estudio sobre la educación física y los estilos de vida de los estudiantes de primaria y secundaria, coordinado por el catedrático de la Universidad Autónoma Juan Luis Hernández, describe su "pasividad": muchos de los niños no van andando al colegio, pasan tiempo del recreo paseando o charlando, no juegan en la calle, y los adolescentes tienen baja resistencia al esfuerzo y poca flexibilidad. Un 45% no llega a tocarse los pies con la punta de los dedos y, a partir de los 14 años, más del 50% son sedentarios.

Sin duda, unas cifras impactantes.

Digo yo, porque me imagino que eso diría Schubert "Jorge Traverso" Pérez en un caso como éste, y ya se sabe que ese tipo es mi norte espiritual en esta carrera en pos de convertirme en un periodista hecho y derecho.

Ahora sí, un ejemplo didáctico: Cuando le recomendamos al ratoncito Sherritehmaws levantarse de su peludo trasero y salir a correr un poco, que era por su salud, se nos rió en la cara con expresión socarrona, y a continuación se quedó ahí mascando un pastito. Quince segundos después estaba muerto. ¿Coincidencia? ¿Te parece? ¿Eh? ¿EH?
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Personalmente, cuando empiezo a ver tantos porcentajes juntos, pierdo la cuenta al segundo o tercero, y dos renglones más tarde ya ni siquiera me acuerdo de qué se trataba el artículo en cuestión. En este caso mi atención volvió a fijarse brevemente en esa parte que dice que un 45% de los adolescentes "no llega a tocarse", porque eso sí me parecía grave, pero después resultó que estaban hablando de "tocarse los pies". Meh.

Como sea, la cuestión es que la juventud necesita abandonar esa pasividad flemática del living y el videojuego y dedicarle más tiempo al ejercicio físico. Y no hablamos de convertirse en estrellas olímpicas, ojo; se trata sencillamente de volver un poco a las raíces, de recuperar esos juegos sanos de antaño, los juegos al aire libre, improvisados, juegos nacidos de la inocencia y la espontaneidad infantil, juegos en los que se pone a prueba y al mismo tiempo se ejercita el cuerpo todo, como hacían los espartanos de la antigüedad.

Pero sin la parte de la sodomía, porque ahora no está muy bien visto.

Y como para muestra basta un botón, vamos a manotear una nota al azar en un conocido periódico argentino. Esta tiene una foto de unos pibes, debe decir algo sobre el tema. A Perrrrrrrr ...

Aparentemente, Juan Manuel, por un desafío con sus amigos, trepó al techo de una formación estacionada en el andén 10 de la estación. "El escuchó que otro grupo de chicos apostaba 50 pesos a que lo hiciera y entonces él se subió al techo del tren", relató a la prensa María Elena, una tía del pibe, desde el Hospital Gandulfo, de Lomas de Zamora, donde estaba internado. "Era un grupo de nueve chicos y uno dijo ‘a que me animo a viajar en el techo del tren hasta (José) Mármol. Entonces, Juan Manuel se subió y comenzó a bailar, tocó el cable y pasó lo que pasó" [...]

Ahí lo tenés. Un grupo de jóvenes sanos y alegres, que no sólo se divierten y al mismo tiempo hacen un poco de ejercicio, sino que uno de ellos capaz que se gana 50 pesitos, de paso ...

[...] sufrió quemaduras en el 90 por ciento del cuerpo al recibir una descarga eléctrica de 25 mil voltios [...] Tras la tremenda descarga, el pibe se prendió fuego.

A la mierda.

...

Recapitulemos.

Yo he llevado durante toda mi vida una existencia totalmente sedentaria. Como resultado, todavía no tengo 35 años y ya estoy criando una barriga y una papada malsanas que se ven doblemente aberrantes cuando se las considera en el contexto de mi marco físico, con mis tristes pectorales hundidos y mis brazos raquíticos. Sufro achaques que estadísticamente no me corresponderían hasta dentro de diez o quince años. Tengo los reflejos entumecidos al punto de ser incapaz de reaccionar a tiempo siquiera para atajar las llaves que alguien me tira desde una distancia de un metro y medio. Cualquier mínimo esfuerzo físico me significa pasar los siguientes tres o cuatro días inmovilzado por un dolor muscular indecible. Cada vez que caigo enfermo, sea de lo que sea, espero a que se me pase sólo; no porque desconfíe de los médicos o porque quiera ahorrarme dinero, sino porque estoy seguro de que a la primera que me hagan un examen físico me van a prohibir el 99% de las cosas que disfruto en esta vida. El día que un médico se entere de la vida que llevo, se terminaron los chocolates, el café, el azúcar, la sal, la computadora, las sillas y básicamente todas las cosas que me hacen la vida soportable.

Interpretación artística de la vida de æclipse µattaru a cargo de Teh Procastinator Kitteh suspendida hasta nuevo aviso porque ahora no tenía ganas.
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Meditando en retrospectiva, más de una vez lamenté no haber dedicado más tiempo durante mi juventud al desarrollo y el cuidado de mi cuerpo; aunque sólo fuera repartiendo el tiempo entre hobbies intelectuales y físicos más equitativamente.

Por otro lado, a partir de hoy puedo agregar a la columna de "pros" de "Haber pasado toda una vida sentado frente a un escritorio leyendo, dibujando o jugando videojuegos" el ítem: "Nunca me prendí fuego por ganarle 50 pesos a un amigo". Y a continuación puedo alzar estos mismos brazos raquíticos y menearlos rítmicamente para festejar lo feliz que fue mi opción de vida, al fin y al cabo.

Algo que, dicho sea de paso, imagino que el pobre Juan Manuel querría poder estar haciendo ahora.

En definitiva, que al catedrático de la Universidad Autónoma Juan Luis Hernández, a la Encuesta Nacional de Salud 2006-2007, y a todos los que vengan con el discurso de la vida sana, les digo: Metéte los juegos al aire libre, los deportes y, ya que estás, las dietas bajas en calorías en el orto.

Yo me voy a quedar sentado en mi sillón, metiendo BioShock como un degenerado.

Y lo mismo le voy a recomendar hacer a todos mis familiares, amigos, simpatizantes y favorecedores, si quieren llegar sanos y salvos a la edad adulta para morir de un ataque cardíaco con las arterias taponadas de colesterol, como Dios manda

  ¡LAVATE QUE VOY PA' AHI!

Adapándose a estos tiempos de sedentarismo, accidentes de tránsito ahora ofrecerían servicio de delivery.

Se comenta por ahí que las notas de RANT son una bola de pelotudeces inventadas por la mente enferma y ociosa de un pobre pajerito sin vida. Tomá, jetón: No todo es inventado. Hay algunas cosas que son reales.
Hasta fotos tengo.

Columnista de Salud & Deportes de El Heraldo Cafeinado habría apresurado sus conclusiones, y quedarse tranqui panchi sentado en el sillón del living no sería tan seguro como se creía ...

Orange County, Florida
Agosto 4, 2008
Un hombre sentado en un sillón y tres otras personas fueron heridas el pasado Lunes cuando un auto se estrelló en un complejo de oficinas. Oficiales de la Patrulla de Caminos de Florida dijeron que la mujer al volante habría pisado el pedal equivocado

O______________________O

¡Bueno, bueno, bueno, bueno, bueno!

Vamos con calma.

Tampoco vamos a hacer una regla general de un caso tan atípico como éste, ¿no? O sea, ¿cuáles son las probabilidades de tener un accidente de tránsito dentro de tu propia casa? ¿Cada cuánto puede pasar una cosa como ésta?

Eso digo.

Circulen, señores, aquí no ha pasado na--

Las Vegas, Nevada
Agosto 22, 2008
Tres personas murieron en la mañana del pasado Viernes, cuando una pequeña avioneta se estrelló contra una casa en Las Vegas, reportó KVVU-TV. [...] La policía informa que el choque desató un incendio que engulló la residencia.

(((O__________________________________O)))

Estem...

Bbbbbbbbueeeno... Creo que podemos convenir en que éstas serían las primeras señales del fin del mundo. Con permisito, ¿eh? Ahora sí, me voy a entrar un poco en pánico...

  æclipse µattaru, corresponsal de RANT en los refugios subterráneos

Etiquetas: æclipse µattaru, sociedad

 Malena pidió la palabra el 5 de septiembre de 2008, 18:44, y dijo:

Bueno, me hace sentir identificada, y de la mala manera, porque yo soy de lo más sedentario que hay. ¿Los niños comen golosinas? Yo lo hago todos los días. ¿Gaseosas? Tambien. ¿Comida chatarra? Tambien. ¿Hamburguesa cuádruple en Burguer King? No me llena, necesito pedirme papas grandes. Y postre. Siempre postre.

Hace poco un muchacho - estudiante de medicina - me miró mientras compartíamos una merienda (digamos, mientras él tomaba café y yo me lanzaba sobre las infaltables oreo y pepitos que tengo siempre en casa) y me dijo "Cuando te cambie el metabolismo, vas a ser una cerda".
"Mi metabolismo no va a cambiar. Soy una afortunada".
"Cambia después de los 30. Vas a tener que dejar de comer así".

¿Como que cambia? Resulta que yo, una persona feliz que come lo que quiere cuando quiere y no engorda, en algun momento voy a empezar a engordar sólo porque mi cuerpo quiere. Lo mandé medio a la mierda, pero como que me quedé preocupada, porque teniendo en cuenta que las parejas estables no em duran más de tres meses, tener un cuerpo decente en el futuro es lo unico que me garantiza algo de sexo. Y te digo alllgo, alguito. ya sé que voy a ser de esas que se leevantan pendejos sin experiencia porque los de la propia edad no te dan pelota.

Asi que nada. Lo peor es que ahora cada vez que me ve me tira comentarios de ese estilo; asi que me esta volviendo, no sana, sino mas bien bulímica en potencia.
Ademas despues me empezó a traumar notar que no puedo correr el colectivo (no es que me quede sin aire, es que creo que me olvidé de como correr. no lo hago desde hace años), jugar con mi primita me deja planchada en un sillón por horas, etc etc etc.

Pero como ya debés saber, es una de esas cosas de la vida que me indignan. ¿Como que me canso rápido? ¡Qué barbaridá! Qué mal está el mundo. ¿Como que voy a engordar? ¡Así es la vida, una reverenda mierda! Ni se me ocurre la idea de que podría cambiar si me manduco una ensalada en lugar de un churrasquito. Están en pedo los médicos.

Anduve desaparecida, pero he vuelto, y con chocolates bajo el brazo.

Un beso y ojalá estés bien.

 Walter Hego pidió la palabra el 7 de septiembre de 2008, 19:22, y dijo:

No tiene nada que ver con el asunto de la entrada, lo sé. No obstante, están todos cordialmente invitados a sumarse al
boicot a Montevideo.comm.