sta nota es la continuación de la crónica de mi investigación periodística en Gualeguaychú. Acá se puede leer la primera parte: "Zambullida en el agua podrida".

Una pequeña historia de horror: Cuando informé a Candelaria de la cláusula contractual innegociable según la cual todo artículo publicado en RANT debe llevar una imagen de colegiala, me llamó un poco la atención que se lo tomara con tanta tranquilidad y pusiera como única condición ser ella misma quien la eligiera. Incauto, no sólo acepté sino que la dejé al mando del Generador Automatizado Computacional Robótico Y Nuclear De Colegialas Temáticas Para Artículos Informativos De RANT (TM) durante 5 minutos, suponiendo que ni siquiera iba a saber cómo hacerlo arrancar. Para que aprendas a juzgar a la gente por el color de pelo: Candelaria resultó ser alguna especie de fenómeno hacker, y al momento de imprimir ésta columna todavía estoy intentando revertir lo que sea que le haya hecho al Generador para que esté escupiendo provocativas fotos de minitos descamisados en forma continuada desde hace 12 horas. Si alguien sabe algo acerca del arte del hackerío, quiere a las colegialas de vuelta y está dispuesto a darme una mano, por favor me manda un mail. Urgente. Ya me estoy desesperando.
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Cuando llegué sana y salva a Fray Bentos me estaba esperando un taxi uruguayo que me llevó hasta Paysandú. Luego de una espera de 3 horas hasta que finalizó el piquete del puente en Colón logré llegar a esta ciudad. Acá me esperaba un taxi argentino que me llevó hasta Gualeguaychú.

La comunicación entre ambos márgenes del río Uruguay está garantizada gracias a la prometedora industria del taxi. Los taxistas de los dos países están coordinados. "El objetivo de nuestra empresa es ofrecer un mejor servicio para nuestros clientes", me decía uno de los taxistas. Para esto han montado un sistema de vigilancia que les permite detectar potenciales clientes. Fue así que se enteraron de nuestro episodio en el campamento piquetero y salió un ejército de taxis en nuestra ayuda.

Cuando llegué al hotel, encontré a mi equipo periodístico festejando porque estaban convencidos de que yo había quedado secuestrada en el campamento piquetero. Como ninguno de ellos usa tacos, pudieron correr más rápido y fue así como se escaparon de las tropas piqueteras. Cuando llegué, se decepcionaron muchísimo. Antes del sueño reparador, llamé al dueño del diario, le conté que los empleados me habían abandonado en el campo de batalla, y por esa razón, si quería que siguiera a cargo de esos inútiles, exigía que les bajaran el sueldo. No dudó un segundo.

Al día siguiente cité a una reunión para definir las nuevas estrategias de combate. Tras la noticia de que a todos les habían bajado el sueldo en un 50%, pasamos a analizar la situación para resolver como seguíamos adelante con nuestra investigación. Concluimos que el siguiente paso debía ser una entrevista con algún jefe piquetero. Hubo varios candidatos que se ofrecieron a entrevistarlo pero como no quise dejar semejante responsabilidad en manos de esos irresponsables, decidí hacerme cargo. Además iba a hacer todo lo que estuviera en mis manos para impedir que cualquiera de ellos pudiera progresar profesionalmente.

Preparé la misión durante varios días. Deambulé entre ellos, aprendí sus costumbres y sus rituales (¡fui al carnaval!), empecé a hablar su idioma y hasta me volví a bañar en ese charco de agua podrida. Así fui "agarrando color". Son pardos por la mezcla de ese sol y el agua sucia del río. El sol es diferente. Es un sol de pardos. Y el agua sucia hace estragos. Las mujeres de la zona gastan fortunas en tintura para el pelo. Mi pelo ya había dejado de ser rubio después de la primera zambullida, motivo por el cual estaba profundamente deprimida. Para terminar fui al Shopping y me compré unas vestimentas típicas, unos trapos verdaderamente horribles.

En esta columna estamos aprendiendo un montón acerca de Candelaria. No sólo me jodió el generador de colegialas de manera que todavía estoy por empezar a averiguar qué carajo le hizo exactamente, sino que también se revela como una maestra del camuflaje. La imagen ilustra a Candelaria como todos la conocemos y amamos, y a continuación la misma Candelaria luciendo su disfraz de ambientalista. Se nos pidió que informáramos a sus fans que no hay de qué preocuparse: El proceso es completamente reversible.
Y la mugre utilizada es sintética y 100% antiséptica.

Fue así que salí camuflada hacia el campamento piquetero. Nada podía fallar. No me podía reconocer ni mi madre. Claro que mi madre jamás iría a Gualeguaychú. Llegué en taxi para no despertar sospechas. Les dije que era una periodista de la Capital y que quería entrevistar a alguno de los jefes. Me hicieron pasar a una carpa y al rato apareció "El Jefe". Llevaba un antifaz y una capa negra sin la Zeta. Cuando se sacó el antifaz, quedé espantada porque el hombre tenía escamas. Peor aún, le faltaban toditos los dientes salvo los colmillos superiores. Me pidió absoluta reserva. Y como yo soy una persona de principios, jamás revelo mis fuentes. Menos cuando suelen ser aterrorizadoras. Así que sólo diré que sus iniciales son A.D.A. y de ahora en más lo llamaré: "El Jefe".

"Buen día, Doña."

"Hola que tal, cómo va."

"Acá mateando un poco, ¿y usté?"

"Todo bien."

"Sabe que le encuentro cara conocida... ¿Alguna vez estuvo por acá?"

"Eh, nooo. Esta es la primera vez que vengo. Lo que pasa es que soy bien común y corriente como las chicas de acá."

"¿Quiere un matecito?"

"No gracias, me muero del asco. Te quiero hacer unas preguntitas."

"¿En qué diario dijo que trabaja, doña?"

"La Hermandad de la Cafeína."

"No lo conozco."

"Me imagino que no. Seguramente no sabés leer."

"¿Cómo dijo?"

"Nada. Pensaba en voz alta."

"Ahh."

"Quiero que sepas que la causa de Gualeguaychú cuenta con gran apoyo en la Capital. La gente está preocupadísima por la suerte de su pueblo que está viviendo una tremenda y desgraciada injusticia."

"¿Ud. habla en serio? Porque nos habían dicho que a los porteños les importa un carajo."

"Noooooooo, para naaaaaadddaaa. Creeme. Buenos Aires los re-ama. Y decime, ¿hasta cuando piensan seguir jodiendo con este circo?"

"¿Cómo dijo?"

"Te pregunté hasta cuándo piensan seguir con el piquete."

"No es un piquete. Es una causa ambiental."

"Pero cortan el puente y no dejan pasar a nadie."

"Pero ellos empezaron primero. Además algunos pasan."

"Está bien, no te enojés. Ya se que algunos pasan y eso habla muy bien de ustedes Demuestra una gran apertura. Y decime, ¿hasta cuando van a seguir con la causa ambiental, entonces?"

"Mientras Botnia siga en pie, seguiremos firmes con nuestra causa. Nadie nos va a mover del puente."

"¿Y si el fallo de La Haya les da desfavorable?"

"Seguiremos igual. No acataremos a ningún fallo de organismos que están al servicio del Imperio. Sólo quieren traer la desgracia para nuestro pueblo."

"Pero sólo es una fábrica de celulosa que además tiene la última (o la penúltima) tecnología."

"No se deje engañar. Es un arma del Imperio para dominarnos. El Imperio es sumamente habilidoso, sabe cómo captar voluntades y engañar a la gente buena."

"Tan malo no puede ser que les ha traído trabajo a los fraybentinos."

"Los fraybentinos son unos muertos de hambre. Se venden por dos pesos."

"En este caso parece que fueron varios millones. ustedes pidieron más, ¿verdad?"

"Nos hacemos valer. Encima que vienen a contaminar y a dominarnos."

"Che, contame un poco de los análisis del agua del río. Parece que salieron bastante bien, ¿no?"

"Van a salir bien. Créame. Los análisis no sirven para nada. Están hechos por el imperio y el imperio ha fabricado máquinas falladas para que no detecten la contaminación."

"No me digas."

"Sí. Y le digo más. Los científicos también están comprados por el Imperio. Por eso dicen que no hay contaminación. Pero nosotros tenemos pruebas que demuestran lo contrario."

"No te puedo creer."

"Un vecino tiene una vaca que cambió de color."

"¿La habrán pintado para el carnaval?"

"No. La vieron salir del río. Habrá notado que no hay pescadores. No sabe lo que son los pescados. El que no tiene dos cabezas, tiene tres colas."

"¿Y ustedes se bañan igual?"

"No. Ahora nadie de la zona se baña en el río. Desde que nos salieron escamas y se nos cayeron los dientes, sólo van los turistas."

"Yo me caí en el río, ¿qué me irá a pasar?"

Luego vi la pérfida sonrisa en las fauces del Jefe piquetero. Y ahí pude desentrañar el secreto que esconden las aguas podridas de Gualeguaychú: VAMPIROS.

¡Los piqueteros de Gualeguaychú son vampiros!

Me despedí agradeciendo la entrevista y con la promesa de volver al puente a tomar unos mates con los vecinos

Etiquetas: Candelaria, columnistas invitados, investigacion, papeleras

 Malena pidió la palabra el 30 de abril de 2008, 11:58, y dijo:

Buenísimo, como siempre, pero no puedo evitar la sensación que de a poco este blog se va volviendo más y más delirante. De acá a un año nadie va a entender nada, ni siquiera vos, y te vas a ofender cuando te lo digamos.

 Anónimo pidió la palabra el 30 de abril de 2008, 20:59, y dijo:

Bueno Male, no se como supiste que soy muy susceptible y todo me ofende, pero si es por entender algo, quedate tranquila que yo nunca entiendo nada.

 Martín S. Camargo pidió la palabra el 1 de mayo de 2008, 21:17, y dijo:

¿Cómo que "delirante"? ¿Qué querés decir con "delirante"? Este es un sitio informativo, y como tal no es ni más ni menos que un reflejo fiel de la vida misma. Si eso te parece demasiado "delirante", quizás no deberías salir de tu castillo en Costa Mesa California, porque LA REALIDAD ES DEMASIADO "DELIRANTE" PARA VOS >:(

Seguro que a Montevideo Portal o Infobae no les decís que son demasiado "delirantes". Claro, SIEMPRE A NOSOTROS, SIEMPRE A NOSOTROS >:(










Aparte no sé de dónde sacaste que acá alguien se puede ofender. Es una idea ridícula.

 Anónimo pidió la palabra el 1 de mayo de 2008, 23:01, y dijo:

Ni me gasto en preguntar, total no nos van a explicar nada, verdad??