Niños, no lo intenten en casa

La trágica historia del ascenso y caída de un luchador por la moralidad.

ola, hola... ¿Está prendido ésto? Probando, uno, dos, tres... uno, dos, tres... ¡Un, dos, tres! ¡Un, dos, tres! ahora hay queEE cantaaAAaAr... ¿Sí? ¿Le doy? OK.

*Ejem, ejem*

Buenas tardes, mi nombre es æuclides µatarile, estoy audicionando para el puesto de Informativista en Jefe, y voy a contarles una historia.

Había una vez un joven nativo del convulsionado condado del Bronx (Nueva York) que desde su más tierna infancia se impuso como objetivo convertirse en un respetado hombre de bien, y alcanzar una posición que le permitiera mejorar la situación en aquellas zonas de la nación, como su barrio natal, que se veían oprimidas para que en otros lugares un puñado de hombres de negocios de dudosa moral se dieran la gran vida.

Interpretación artística del espíritu inquebrantable del protagonista de nuestra historia.
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Su juventud fue difícil, pero nunca se dio por vencido. Estudió y estudió con ahínco, y fue escalando poco a poco, hasta que finalmente el camino que empezara en aquélla pobrísima escuela pública del Bronx lo llevó a las prestigiosas universidades de Princeton y Harvard. Una vez se hubo graduado, hacia fines de los años 90, no le costó mucho conseguir un trabajo en la fiscalía de Manhattan. Allí fue donde hizo realidad su sueño de la infancia, convirtiéndose en la pesadilla de las grandes familias mafiosas y de algunos de los más importantes criminales financieros de Nueva York. Sobre finales de 2002, había expuesto fraudes financieros por casi 1.500 millones de dólares.

Pero nuestro héroe no se durmió en sus laureles. En el año 2006 decidió que todavía podía dar mucho más y, aprovechando la alta estima en que era tenido en filas del partido demócrata, decidió presentar su candidatura para gobernador.

Saltando hábilmente en el tren que por aquél entonces pusiera de moda el abogado Jack Thompson (otro grande del que ya hablaremos en otra ocasión), nuestro amigo hizo una campaña marcada por su claro, directo mensaje a las familias y por sus fuertes declaraciones, entre las que podemos recordar ...

Como cualquier padre, soy consciente de que es cada vez más difícil proteger a nuestros niños de las influencias negativas [...] Hemos aprendido que cuando el control dentro de casa falla, el gobierno debe intervenir [...] Debemos hacer más para proteger a nuestros niños de los excesos de sexo y violencia que se ven en los medios de comunicación [...] Estos contenidos se han vuelto más gráficos, más violentos y más centrados en el sexo [...] Actualmente, no hay una regulación legal en el estado de Nueva York que prohiba a un jovencito de 14 años entrar en una tienda y comprar [...] un juego como Grand Theft Auto, el cual recompensa al jugador por robar automóviles y golpear a la gente. Los niños incluso pueden simular tener sexo con una prostituta.

Mmmmmmmmmmmmmbue... en realidad alguien se comió la pastilla y no asesoró bien a este buen señor, porque de hecho la última iteración de la serie Grand Theft Auto protagonizó una encendida controversia hace un par de años justamente porque la ESRB (la institución que se encarga de romper los huevos con la violencia de lo videojuegos) exigía que se subiese la calificación del juego a "AO", que significa "Sólo Adultos", esto es, 18 años y más, de su calificación original de "M", que vendría a ser "Audiencias Maduras", y se lee como "mayores de 17". Y supongo que es algo que no enseñan en Princeton ni en Harvard, pero tanto 17 como 18 son más que 14.

En fin. Cosas que pasan.

Pero a lo nuestro. El nombre de esta joven promesa demócrata, como cualquiera que en la última semana se haya levantado de la PC aunque sea para mear y haya pasado cerca de una radio o un televisor ya debe haber deducido hace como media hora, es Eliot Spitzer ...

Para los que todavía no cayeron, se trata del hasta hace un par de días gobernador de Nueva York, cuyo nombre ha estado en boca de todo el mundo y su perro últimamente porque parece que el IRS (Servicio de Rentas Internas) lo agarró in fraganti haciéndose traer una trola desde Nueva York hasta Washington (que, aclaro por si no andás bien en Geografía, es lejitos), lo cual resulta que es contra la ley federal porque la estás haciendo cruzar un límite estatal con el propósito específico de obtener servicios sexuales. Y es más contra la ley cuando lo hacés con fondos del gobierno, durante un viaje de trabajo. Y es contra la ley de Dios cuando lo hacés siendo casado y con hijos. Y es contra la ley del sentido común cuando pagás arriba de cuatro mil dólares por cada encuentro, sumando un total de OCHENTA MIL DOLARES en los últimos diez años.

Sí señores, positones.

Si fuéramos unos cínicos mala leche al estilo de la gente de TVR, ésta sería la parte en la que volvemos a pasar esa parte donde el tipo dice que "Los niños incluso pueden simular tener sexo con una prostituta" y sacudir un socarrón dedo acusador al son de "CONTRADICCION!! CONTRADICCION!!". Pero acá somos más bien fans de Dolina, y seguimos su filosofía de que hay que tomar esas cosas con cautela, analizar bien la situación desde un punto de vista más global; en fin, no caer en el simplismo de buscar contradicciones allí donde de repente uno simplemente maduró y cambió sus ideas.

O capaz que la parte que le molestaba al tipo era eso de simular, pero con las putas de verdad está todo bien. En ese sentido lo entiendo, es lo mismo que me pasa a mí cuando veo pibes que se compran un Playstation 2 para jugar al Winning Eleven, y me pregunto si tanto les gusta el fóbal, ¿por qué mierda no se van a jugar al campito?

¿Se entiende que hablamos de una trola de cuatro palos? ¡CUATRO MIL DOLARES! Por esa guita te junto un rebaño de colegialas fiesteras que te van a dejar caminando chueco dos semanas, te las entrego ya borrachas y todavía vuelvo con cambio.
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Como sea, el quid de todo este asunto viene por otro lado; léase: ¿Qué le pasa a este imbécil? ¡Se estaba haciendo estafar CUATRO MIL DOLARES POR POLVO! ¿En Harvard tampoco enseñan que por cuatro gambas verdes te alquilás como treinta docenas de trolas de las comunes y corrientes? ¡Pero le salía más barato divorciarse y casarse de nuevo con la mina! Todos los cargos que se le hacen son igualmente aborrecibles y le merecen un juicio político y afrontar todo el peso de la ley, pero esto último le merece directamente ser ejecutado en una plaza pública. Por imbécil.

A propósito: Sí, lo de la inmortal frase que se mandó durante la campaña es cierto. Desde luego, no lo vas a leer en los medios uruguayos porque ya sabemos como son estos bananas de inoperantes, que sólo se enteran de las cosas que salen en Infobae, y encima informan mal y tarde.

Menos mal que siempre nos tenés a nosotros