sta estuvo en todas partes. El 23 de Noviembre pasado el Senado se rejunta a aprobar la dichosa Ley de Presupuesto de nuestro conflictuado gobierno progresista. Retrasos, desencantos, discusiones, y una sensación térmica en rápido ascenso desembocan, al cabo de 6 horas de idas y venidas, en el Senador oficialista Leonardo Nicolini gritándole a su doppelgänger Isaac Alfie: "¡De la Constitución hay que saber! ¡¿Vos que sabés, gil?!", y en el aludido poniendo manos a la obra --¡Obra de remodelación facial!
Piñas, piñas, y cosa golda.
De todas la notas que se han publicado respecto a la colorida sesión, en nuestra redacción le damos dos pulgares para arriba al excepcional trabajo de un tal Daniel Martínez Soto para el diario La República; una de esas personas que me encantaría tener en el plantel de RANT.
Mi parte favorita tiene que ser...
Alfie, de pie, avanza y se arroja sobre Nicolini. Intercambian algunos puñetazos, con guardia alta pero bajo acierto, pegan más al aire que al cuerpo.
O sea que tanto meter la pechera y -especialmente- tanto lomo y quijada de matón, al recontra pedo, si el gorilón este resulta que ni siquiera sabe meter una piña como la gente. De todo el bochorno que significa el episodio en su conjunto, esto es lo peor.
Fuera de joda, INSISTO en que te tomes el tiempo para leer la nota, porque no tiene desperdicio. La pieza no sólo es una obra de arte en sí misma, sino que enaltece el imaginario dialéctico universal al ilustrar el momento de la (obligatoria) reconciliación entre Alfie y Nicolini con el término "Emoción Senaturial".
Impagable
Etiquetas: Dr. M. Von Katze, politica
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