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osotrodías estábamos con mi amiga la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana y arrrrresulta que, mientras buscábamos sitios porno para indignarnos y soltar sonoras reprimendas morales levantando el dedo índice de la mano izquierda en tono autoritario mientras con la derecha nos tocábamos por abajo de la mesa, vinimos a caer accidentalmente en la web de El Espectador; justamente a la hora en que transmitían el programa de Dolina. Quiso la Virgen y todos los santos que se la embatatan así que tan virgen no debe ser que en ese preciso momento éste habitualmente herético ídolo popular estuviera haciendo una reflexión que nos caló hondo: "Jesucristo fue un reformador, fue el primero en modificar las doctrinas bíblicas para adaptarlas a su tiempo".
Nos miramos cara a cara con la Santa Iglesia Católica Apostólica Románica, y al punto cada uno reconoció en el brillo de los ojos del otro la señal inequívoca de la iluminación divina. "¡Fooooooooooa! ¡Tiene razón!", dijimos al unísono; y, tomando el episodio como una señal, decidimos seguir el ejemplo de nuestro Señor y Salvador y ver si podíamos reformar algo.
La instantánea, tomada en el templo de Las Sagradas Adoratrices Arrodilladas De La Virgen De La Oreja Izquierda, demuestra que esta modalidad de cultos religiosos fiesteros eran lo que hacía falta para volver a atraer a las colegialas a los brazos de la Iglesia Católica que, en definitiva, es lo que todos queremos.
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Lo primero que se me ocurrió a mí, obviamente, fue actualizar Los Diez Mandamientos, agregando por fin el tan demorado "No dejarás de vestirte como colegiala cuando salgas de casa, joven borrega". Desafortunadamente, parece que don Benedicto XVI me ganó de mano y ya los estuvo retocando hace poco por su cuenta, y -al igual que pasa con fotolog.com- la Biblia no acepta tantas modificaciones seguidas.
"Pero me cago en la puta madre muerta de este nazi del orto", me dije al tiempo que tensaba las correas de mi látigo de cola corta preparándolo para flagelarme como castigo ante tamaña blasfemia, "Y encima mirá para la huevada que los viene a editar, si será viejo meón cabeza de chota... Decí algo vos, Iglesia, que cada vez que hablo yo me termino ordenando 70 latigazos más por bocón."
"¿Qué tal si apuntamos a algo más modesto?", reflexionó la Sántica Iglésica blablabla, "Por ejemplo, podríamos aggiornar la Santa Misa; ponerle un poco más de onda, una música más movida, algún que otro milagro en vivo y en directo... O sea, básicamente, afanarles todas las fórmulas de éxito a los Evangélicos..."
"¡¡Brillante!! ¡¡¡Por ese tipo de cosas es que sos LA MEJOR, guacha putita!!!", respondí entusiasmado mientras abría la calculadora de Windows porque 70 azotes más ya me significaban una suma que no puedo hacer mentalmente.
Aquélla noche, una sombra se deslizaba, silenciosa y furtiva, entre todas las sombras que a esa hora eran dueñas y señoras de la ciudad. Una sombra que se dirigió rumbo a una farola con paso cauto pero determinado. Allí, según lo pactado algunas horas antes mediante una llamada telefónica realizada desde el teléfono de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana, esperaba otra sombra que de hecho no era una sombra porque estaba debajo de la luz de una farola, ahora que lo pienso, así que digamos mejor una silueta. Quien aguardaba en aquélla esquina, silbando con expresión desentendida, era la Iglesia Metodista Pentecostal de Argentina. La luz de la farola reveló, bañándola gradualmente de blancura cual si fuese un virtual bukkake lumínico a medida que se acercaba, la identidad de la sombra sigilosa: Era yo.
"KC shabán", saludó la Iglesia Metodista Pentecostal de Argentina.
"Te tengo un soplo", dije continuando con las baratísimas alegorías sexuales, "La Santa Iglesia Católica Apostólica Romániquica planea modernizarse copiándote los cultos de adoración. Según rezan las Sagradas Escrituras, vos tenés derecho a levantarles un pique a ellos a tu elección y te ganás cien años de perdón."
"¿Eso de los cien años de perdón no es solamente un refrán popular? ¿Qué tiene que ver con las Escrituras?", preguntó mi interlocutor.
"Aaaaaaaaaaah... si no sabés vooooooos...", retruqué, enigmático, al tiempo que me alejaba caminando hacia atrás con pasito de murga hasta quedar completamente envuelto en las sombras otra vez. "¡Pero la rey de la mismísima mierda!", agregué al tropezarme y dar con mi delicado trasero en el suelo.
La Iglesia Metodista Pentecostal de Argentina no perdió tiempo en aplicar mi consejo, aunque por desgracia no de la forma que yo hubiese esperado. Y es que al despuntar el alba todos los periódicos locales citaban en sus titulares un mismo nombre: "Claudio Néstor Vera Navarrete". Si el nombre no te suena, quizás lo conozcas por su seudónimo: "El Obispo Que Te Partió El Ojete" ...
Llegó al país hace 30 años y alcanzó la jerarquía de "obispo presidente", con lo que llegó a tener a su cargo 136 iglesias evangélicas de todo el país. [...] Fue en febrero cuando los padres de dos chicas de 17 y 19 años decidieron presentarse en una fiscalía para contar lo que les había pasado a sus hijas. Explicaron que las chicas eran amigas de una hija del obispo y que se habían quedado a dormir en la casa del líder religioso. Según relataron al fiscal Guillermo Lista, durante la noche el obispo acosó y manoseó a las dos adolescentes. El expediente judicial dice que Vera Navarrete también habría intentado "mantener acceso carnal" con una de las chicas.
Los cafés de Dios son un placer celestial para todos los sentidos. Aunque eso sí, para tener el poder y la guita que tiene El, es bastante pijotero con el tamaño de la tacita ¬¬
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"Esta vez te fuiste al carajo", me regañó Dios mientras tomábamos nuestro tradicional cafecito de los viernes, el día en que nos juntamos para divertirnos observando los resultados de los pícaros enredos psicológicos que le provocamos en las cabecitas a sus fans, "¿Cómo le vas a decir a un religioso chileno que le copie algo a los Católicos? Sabés bien como son los chilenos. Se caía de maduro que iba a pensar en la pedofilia antes que nada."
Asintiendo con los ojos cerrados, en mi rostro un gesto de sentida contrición, exclamé conmovido: "Y bue... quelevachaché. ¿Yo cómo iba a adivinar que el obispo de una iglesia argentina iba a ser chileno? ¿Qué sigue ahora? ¿Un país latinoamericano con un presidente japonés? ¿En qué nación tan pistola cabe algo como eso?"
Dio el tata dió un sonoro sorbo de su taza y reflexionó: "Sah... Agradezcamos que por lo menos puso un poco de iniciativa propia y -a diferencia de los verdaderos Católicos- eligió nenas para clavarse..."
Etiquetas: æclipse µattaru, espiritual
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