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viernes, 27 de abril de 2007
Nueva entrega de nuestro resumen semestral sobre el conflicto de las papeleras. En el episodio de hoy, nos vamos a España a ver si el rey pone un poco de orden. Bonus track: La República nos recuerda exactamente por qué uruguayos y argentinos somos hermanos.

Interpretación artística de la actitud de Tabaré Vázquez al ser invitado a la Cumbre Energética de Venezuela. Diplomacia al ciento por ciento. comienzos de Noviembre de 2006, Uruguay fue sede de la XVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. Si no te acordás de eso, seguramente no seas uruguayo, en cuyo caso tu ignorancia es comprensible, porque existe una altísima probabilidad de que tu presidente, al igual que la enorme mayoría de los presidentes invitados a aquél evento, ni siquiera se haya dado por enterado; así que por qué ibas a tener que saberlo vos.

Si se me permite, quisiera hacer un paréntesis y aprovechar para abstenerme de hacer comentarios acerca de la actitud de mi presidente Tabaré Vázquez que, cinco meses más tarde, decide no acudir a la Cumbre Energética de Venezuela como forma de represalia ante aquél desplante. Tabaré, vamo' arriba. Estás grande para estas pelotudeces. Creo que no había sentido una vergüenza tan grande desde la vez que mi madre entró a mi cuarto y me encontró tocándome frenéticamente con la inspiración de un upskirt de la ratona Minnie. Y en aquél momento al menos era vergüenza propia.

Pero al punto. Más allá de las suspicacias que se despertaron en torno a la verdadera naturaleza de la frustrada Cumbre de Jefes de Estado, lo cierto es que, al cabo de aquél fin de semana todos los medios de prensa argentinos y uruguayos se hincharon el pecho de orgullo al anunciar que parecía haberse encendido una luz de esperanza cuando el mismísimo rey de España se ofreció para mediar entre Argentina y Uruguay en el tortuoso conflicto en torno a las papeleras de Fray Bentos...

En 1810, los habitantes de lo que hoy es Buenos Aires iniciaban la Revolución de Mayo, en la que los bravos criollos le pegaban un revolucionario boleo en el mezzo dello orto al virrey de España y lo reemplazaban por una junta de gobierno integrada por jugadores locales. Este evento desencadenaría la Guerra de la Independencia contra España, y a la larga llevaría al nacimiento de la República Argentina.

Un año más tarde y en la orilla de enfrente, José Gervasio Artigas, la estrella pop más grande que se haya visto al este del río Uruguay antes de la masificación de Orlando Petinatti, se sumaba a la moda revolucionaria que hacía furor en la región, remando cuanto esbirro de la Corona Española se le pusiera por delante, y corriéndolos hasta arrinconarlos en la por aquellos tiempos ciudad amurallada de Montevideo. Así comenzaría el proceso revolucionario que, tras algún que otro traspié, acabaría en el nacimiento de la República Oriental del Uruguay.

La Corona Española reaccionando con caperucitarojil asombro ante el despliegue testicular masivo de nuestros antepasados. Nótese que la Corona Española es china.

No sé cómo se está enseñando la Historia ahora, con esos nuevos programas de educación escritos por zurditos post-hippies que todavía se están sacudiendo el efecto de toda la marihuana y el LSD que se metieron en los 60's y 70's, pero en mis tiempos nos ilustraban este tipo de historias como la sacrificada gesta que se iniciaba con un puñado de locos lindos que compartían el sueño de tener una patria libre para ellos, para su gente, y para las generaciones futuras; y que, aún con todas las probabilidades estadísticas y todos los ejércitos del mundo en su contra, luchaban a brazo partido y, demostrando calzar unos huevos que probablemente estarían laminados en titanio, finalmente hacían de aquella fantasía delirante la más maravillosa realidad, consiguiendo incluso un respetuoso reconocimiento por parte de todos aquellos que en un principio habían estado en su contra. Como en el final de Rocky IV. Así, uno llegaba a amar y respetar a sus héroes patrios con una devoción cuasi religiosa.

Con esto en mente, no puedo evitar sonrojarme hasta los huesos cuando me pregunto qué dirían aquellos valientes cruzados si volvieran a la vida para enterarse de que, 200 años después, una camada de descendientes particularmente mariconetes acaban por recurrir a la Corona Española (la misma jodida Corona Española que ellos tanto se esforzaron para ahuyentar de estas tierras sin más escudo que su orgullo de patriotas ni más armas que sus portentosos penes que usaban para desarmar a sus enemigos con el primer golpe y hundirles el cráneo con el segundo) para solucionar un conflicto diplomático. O qué dirían los grandes escritores y poetas que ilustraron las gestas de aquellos héroes con maravillas literarias sin par, si vieran qué final tan lamentablemente deus ex machina pretendemos darle nosotros a nuestra tragedieta moderna.

Nunca nos vamos a enterar. Como tal reunión de zombies patriotas jamás tuviere lugar, las cosas se desarrollaron según lo planificado por la ralea de cobardes que hoy mueve los hilos en la región y, antes de que el agitado Noviembre de 2006 terminara, la Cuenca del Plata recibía la visita del atlético Juan Antonio Yáñez Barrionuevo, facilitador oficial designado por el rey de España, que dedicó los siguientes dos meses y pico a saltar de Uruguay a Argentina ida y vuelta una y otra vez, en maratónicas sesiones diplomáticas que espero le hayan servido para broncearse con el tórrido sol que soportamos en el verano 2006-2007, conocer algunos lugares de interés turístico, probar algunas delicias típicas, o voltearse alguna buena negrilla arrabalera en los quecos de Pando; porque lo que es resultados concretos respecto al conflicto binacional, no se vio ninguno. Promediando Febrero, y ante la inminente llegada del otoño, Yáñez Barrionuevo decidió volverse a sus pagos a la voz de: "Mucho belleza tierra de gauchos. Rico comidas. Lindo chicas. Yo los invita a mi patria a seguir con conversations en mes de Abril. Mucho gracias por toda...". Si alguien más notó que el tipo hablaba con ese español fragmentado que usan los turistas ingleses, alemanes o suecos cuando se quieren hacer los tarados siendo que venía de España, no lo dijo.

"¡Que le corten la cabeeeezaaa!!", la muletilla con la que los monarcas de todas las épocas solucionan cualquier problema.
Nótese que, como en todo el mundo y en todos los niveles de la sociedad, también en el matrimonio real es la mujer la que realmente lleva el strap-on.

Los días pasaron, y finalmente llegó el ansiado mes de Abril, tiempo de volver a enfrentar a las delegaciones diplomáticas de Uruguay y Argentina en terreno neutral, el reino de Hispania. Mal que nos pese a los fans de los revoltosos libertadores rioplatenses de los 1800's, lo cierto es que ésta podría ser la oportunidad de finalmente resolver el problema de una vez por todas: Ya se sabe que el rey no se anda con chiquitas, y si uruguayos y argentinos no nos ponemos de acuerdo por las buenas, seguramente va a proponer alguna de esas soluciones extremas que siempre proponen los reyes, como cortar la planta de Botnia al medio o hacer que nos decapiten a todos.

En la vena de acudir a esta crucial instancia con el espíritu conciliador y moderado que corresponde a dos naciones hermanas, el Editorialista Fantasma del diario La República, viejo conocido y gran amigo de esta casa, nos obsequia con una breve cronología de diversos episodios históricos a través de los cuales Uruguay y Argentina construían un patrimonio cultural conjunto, cual si se tratase de una única, gran nación ...

Desde el fondo de nuestra historia argentinos y uruguayos hemos tenido destinos comunes, construido una cultura llena de elementos que acercan a las dos orillas y que, objetivamente, han revalorizado creaciones de uruguayos que de lo contrario no tendrían hoy la difusión que han logrado en el mundo entero. En la música, en el teatro, en las artes plásticas, en el dolor y la muerte, en la solidaridad, en la lucha en contra las dictaduras, etc., los pueblos de los dos países se han unido en realizaciones comunes y hoy mismo, cuando los dos gobiernos, de manera poco clara, se encuentras enfrentados en un conflicto que si no se reducen las pretensiones de unos y de otros, cediéndose mutuamente, la situación planteada no tendrá salidas, es que la legislatura porteña le otorga a un destacado uruguayo, que hace gala siempre de su condición y que además se ha manifestado favorable a la posición uruguaya en este conflicto puntual, el título de "ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires" Nos referimos a Víctor Hugo Morales, un profesional del periodismo, nacido en Cardona que hizo el grueso de su carrera en Buenos Aires. Y podríamos adentrarnos en la historia misma de las dos culturas. En las obras de Juan Manuel Blanes diseminadas y admiradas, siendo algunas de ellas motivo de peregrinación, en distintas zonas de las provincias de Entre Ríos y Corrientes. De Florencio Sánchez, el gran dramaturgo, que triunfó por el espaldarazo teatral dado en la vecina orilla que lo adoptó como un autor suyo y estrenó una tras otras todas sus obras. De Horacio Quiroga, de Francisco Canaro, el músico maragato, que enmudeció la noche porteña con una orquesta que durante un buen tiempo estuvo en los primeros lugares y, todavía, es recordada por muchos de los memoriosos del tango.

¿Podría ser ésta la identidad secreta del Editorialista Fantasma de La República?
Yo espero que sí.

No sé cómo se las habrá ingeniado Horacio Quiroga para colarse entre tantas destacadísimas personalidades si, como puede verse, ni siquiera el verborrágico Editorialista Fantasma es capaz de pensar en un mugroso mérito suyo digno de ser destacado. Seguramente lo hizo entrar algún amigo. O un pariente.

Como sea, es impactante ver esa lista de colaboraciones así, frente a frente; tocar las fibras mismas de los lazos fraternales que unen a nuestros dos países desde el campo de la cultura, que es, en definitiva, la base misma sobre la que se construye la identidad de una nación.

Desde luego, no va a faltar en la fonoplatea el eventual argentino extremista que salte pataleando en iracundo reclamo, que qué pasa que esas personalidades son todas uruguayas y exigiendo que también se hable de las cosas con que sus antepasados contribuyeron a la identidad de la región; es como si lo estuviera oyendo. En otro momento, me hubiese limitado a mandar a ese gil a la mierda a la voz de: "¿Estás acusando al Editorialista Fantasma de La República de parcialidad? ¿¡¿Estás cuestionando la integridad periodística del Editorialista Fantasma de La República, pedazo de enfermito?!?", mientras los agentes de seguridad lo sacaban a patadas del estudio.

Sin embargo, en el tren del espíritu conciliador que nuestro colega con tanto trabajo está construyendo, lo que voy a hacer es citar un ejemplo rápido de algo con lo que contribuyeron ellos, así quedamos todos conformes ...

Ayer mismo por una radio bonaerense el hijo de Jacobo Timerman, el fundador y director del paradigmático diario La Opinión, cuando se cumplía otro aniversario de su secuestro por parte de la dictadura argentina, que lo vejó y torturó, al recordar a su padre también lo hacía con otra gente del diario que había seguido la misma o peor suerte, como Zelmar Michelini [Uruguayo -N. del E.], que trabajaba en él como periodista y uno de sus brillantes secretarios de redacción, Fernando Toja [Otro uruguayo, no es por nada... -N. del E.], que también debió pagar a sangre y fuego su concepción democrática del periodismo y de la sociedad.

Ahí tenés. ¿Contento?

Antes de despedirme para permitirles ponderar con tranquilidad el mensaje de la columna de hoy, quiero aprovechar para decir que, después de leer este último párrafo, creo que hablo en nombre del pueblo uruguayo todo cuando les pido a nuestros hermanos argentinos que ya no contribuyan más, ¿eh? Si eso es el tipo de cosas que tienen para ofrecer en este intercambio cultural, mejor nos seguimos encargando nosotros de los aportes, y ustedes siguen con los reconocimientos

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