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n algún momento de mi preadolescencia leí una tira en la revista Guambia, a cargo de uno de los Alcuris -No el Alcuri que nos lee a nosotros, otros Alcuris que había antes- intitulada "Uruguay, país de momias". No recuerdo los detalles específicos, pero en líneas generales había un joven sentado en un banco de plaza que se preguntaba:
Por culpa de la pirámide esa que dice el Dr. Von Katze, ésta es una especie en extinción en el Uruguay de hoy. ¡Firme ya para que se dé vuelta la pirámide y los viajes en ómnibus se nos hagan más llevaderos!
(Excusa para meter foto de colegiala en columna (c) 2007 æclipse µattaru)
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"¿Y por qué momias?", a lo que una serie de viejos avinagrados que iban pasando respondían haciendo un recuento de todos esos consabidos lugares comunes que de una forma u otra respaldan el precepto de que "todo tiempo pasado fue mejor", a lo largo de dos páginas.
El programa periodístico/humorístico No Toquen Nada [A propósito, este programa es un gran recomendado de RANT. No tanto por la columna de Darwin Desbocatti -Que no está nada mal, ojo- sino especialmente porque Joel Rosenberg es lo que se dice un verdadero fenómeno. Básicamente es el periodista que yo hubiese querido ser si hubiese terminado la secundaria. -N. del E.] ilustra esa idea en forma magnífica al definir al Uruguay como un país "con una pirámide demográfica menos alentadora que la del Vaticano" y "con una tasa de natalidad que es un pocillo".
Pues bien, recientemente parecería haberse demostrado que ese espíritu de momias puede contagiarse en forma inter-generacional, de manera que ni aún si lográsemos invertir a la fuerza esa pirámide -Merced quizás a algún tipo de hipotética poderosísima magia blanca- nos vamos a sacudir este karma de país mustio y apagado que nos define. Y es que las nuevas generaciones de científicos amargos habrían sintetizado, finalmente, el prototipo del Joven Viejo.
Desde hace un año y pico canal 10 está emitiendo Bendita TV, un programa conducido por Gustavo Escanlar y Jorge "Piñe" Piñeyrúa, que básicamente es la versión uruguaya de TVR, con todo lo que ésta definición implica: Magra producción, un archivo escueto, investigaciones superficiales, chistes fáciles y predecibles que se estiran hasta perder toda la gracia que nunca tuvieron, un co-conductor que se disculpa cada vez que son demasiado "crueles" con alguien (Porque probablemente es amigo o conocido, cuando no familiar)... En fin, un programa que apunta a las estrellas y le pega a las lombrices [Y no, no me refiero a las lombrices de Tepexpan. -N. del E.], como acaso cabía esperar.
Por ahí alguno dijo que a partir del momento en que canal 12 empezó a emitir TVR, la competencia se iba a poner cruda; pero personalmente considero que jamás hubo competencia posible. TVR es -Lejos, muy lejos- el programa de seguimiento de gaffes televisivas mejor documentado y más elaborado que haya existido desde las primeras dos temporadas de PNP. Puedo llegar a conceder que Bendita TV es de lo mejorcito -Si no es lo mejorcito a secas- que hay en la televisión uruguaya, pero vamos a citar por millonésima vez las sabias palabras de Zack "Geist Editor" Parsons cuando dijo que vomitarse la camisa debe ser preferible a cagarse los pantalones, pero yo no recomendaría ninguna de las dos; hace rato que no hago más concesiones con productos de calidad mediocre basándome en la muletilla de que "no está tan mal, para ser uruguayo..."
En definitiva, que no soy el fan número uno de Bendita TV. Sólo quería dejar eso bien claro antes de tocar el tema que hoy nos compete.
El pasado 14 de junio, la producción de Bendita TV recibía un telegrama colacionado con el siguiente texto ...
Intimo a Canal 10, Zur Infotainment, Gustavo Escanlar y Jorge Piñeyrúa a que se abstengan de referir o aludir en forma directa o indirecta a mi persona o utilizar mi imagen en forma despreciativa que de alguna manera menosprecie o desvalorice mi buen nombre e imagen profesional, bajo apercibimiento de denuncia penal y acción civil por daños y perjuicios.
El remitente no fue esa vieja semiletrada que lee los horóscopos en un programa de un canal perdido en las tierras ignotas del interior del país, ni la gorda que berreaba canciones de Shakira en El Show Del Mediodía, ni el ex-dictador Gregorio "Goyo" Alvarez, ni siquiera el lamentable reciclador de sketches/inamovible emperador mediático Cacho de la Cruz. Nada de eso. Fue nada más y nada menos que el periodista Martín Sarthou.
Para aquéllos que no lo conozcan, Martín Sarthou es un joven periodista/showman de éstos que hay ahora, que tanto conduce el informativo como hace un móvil en Irak, y cuyo sello característico consiste en agregarle -Dependiendo de la seriedad del tema, desde luego- un ligero toquecito de desenfado a sus informes. En todos lados hay uno de éstos, es como la última onda en el periodismo televisivo.
No te alunes, Tincho. Mirá qué lindo que sos cuando estás contento ^^
Así que sí, tal como lo estás leyendo, el mismo tipo que juega a tener un telenovelesco tire y afloje romanticoide con su bella compañera de tareas en plena emisión del informativo y que le dedica los resultados del sorteo de la quiniela a su novia, se ofendió porque en un programa humorístico le tomaron el pelo. Y no se quedó en eso, sino que amenaza con emprender acciones legales si la cosa se repite.
Señor Sarthou, quizás no sea un tema que se estudie en la Universidad Para Periodistas Linditos Y Cancheros, pero le cuento que ya en la culturalmente atrofiadísima Edad Media existía un consenso tácito respecto al bufón de la corte y su derecho a decir cualquier cosa, sobre cualquier tema, a cualquier persona --incluso al mismísimo rey. Y todos se reían. Incluso el mismísimo rey. ¿Cómo es posible? Porque ese era el lugar del bufón. Porque, como reza lo que supongo debe ser un antiguo adagio pero en particular lo leí por primera vez en el Sandman de Neil Gaiman -Que es donde aprendí prácticamente todo lo que sé de historia y mitología-, "Es prerrogativa del tonto señalar que el emperador está desnudo; pero el tonto sigue siendo tonto, y el emperador, emperador."
Señor Sarthou, el papel de programas como Bendita TV es una versión moderna del papel que cumplía ese bufón. Ellos no son los únicos que piensan todas esas cosas que dicen, simplemente son los únicos que las dicen en voz alta delante de una cámara. Usted, en todo caso, debería sentirse halagado y no poco orgulloso por el hecho de que sean ellos los que hablen sobre usted. Nadie toma en serio lo que dice esta gente. Es como escuchar a un niño hablar de política: En el mejor de los casos, lo ambiguo de la situación provocará en los adultos ese mismo tipo de risa-reflejo imbécil que provoca el ver a una persona que se tropieza o el escuchar el sonido de un pedo, o bien una sonrisa-reflejo paternalista acompañada por el impulso-reflejo de acariciarle la cabecita como reconocimiento a su simpatía. Lo que ese niño esté diciendo, ya sea un sinsentido incomprensible o una denuncia que sacudiría los cimientos mismos de la democracia como concepto abstracto, no va a tener la menor importancia.
Señor Sarthou, usted no va a dejar de ser el periodista serio más lindito y simpático de la TV uruguaya porque en una mala imitación de TVR se hagan chistes respecto a los costados más flacos de su quehacer profesional. Ni siquiera si se hace exagerándolos grotescamente. Ni aún si se hace -¡Dios no lo permita!- utilizando algún epíteto o nombrete que menosprecie o desvalorice su buen nombre e imagen profesional. La gente que piensa que es usted un gran periodista no va a cambiar de opinión por lo que diga o deje de decir un pelafustán del calibre de Gustavo Escanlar, y la gente que considera que es usted un pelele incapaz va a seguir pensando que es usted un pelele incapaz sin necesidad de que nadie se lo reafirme.
En la Montevideo ideal de Martín Sarthou nadie menosprecia o desvaloriza el buen nombre e imagen profesional de nadie.
Y nadie se pierde sus hazañas en el campo de batalla, aunque quiera.
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No soy un fan de Bendita TV. Cualquier programa que caiga en bobadas como hacer cualquiera de los 7 chistes obvios que a todo el mundo se le ocurrieron sobre la caída de Susana Giménez automáticamente pasa a mi lista negra. En lo que a mí respecta, el hecho de que sea lo mejor que tiene la TV uruguaya hoy en día no lo hace menos mediocre. Es un tipo de programa para el cual en este país no existe el suficiente campo -Con 4 canales de TV y una farándula integrada por unas 7 personas-, y encima está hecho sin poner esmero siquiera en la confección de un archivo decente. Pero en ésta me pongo de su lado. La actitud del señor Sarthou no sólo es exagerada y francamente chota; es preocupante. Es muy preocupante, de hecho, porque este tipo de berrinches pueden sentar precedentes. Y no sé ustedes, pero yo no quiero terminar viviendo en la Libria de Equilibrium.
A menos que me toque hacer de Preston, en cuyo caso podríamos negociar
Etiquetas: Dr. M. Von Katze, farandula, TV
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